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LOREANA CANILLAS
Cada obra tiene una magia propia, capaz de evocar sentimientos profundos y emociones que
no pueden ser descritas con palabras. Cada pieza se convierte en un ritual, donde el
espectador puede sumergirse en su propia experiencia y encontrar significado en la
profundidad de las constelaciones abstractas.
Cada pincelada es un acto sagrado que lleva al otro a conectar con lo más sensible, con un
universo interno, donde no reina el orden sino la perfecta imperfección que nos hace
humanos.
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